sábado, 21 de noviembre de 2009

Para sentir y pensar

9 CRIMES Damien Rice (EEUU, 2006) bajo la dirección de Jamie Thraves:



I CRIED FOR YOU Katie Melua (UK, 2005) bajo la dirección de Babanuki:

martes, 17 de noviembre de 2009

Los Videoclips como cuentos de la posmodernidad II

Como continuación a la entrada sobre el videoclip como espacio simbólico de la posmodernidad, y con motivo de la celebración del curso "Cenicienta en Otoño" de la UAM (cenicientaenotonho.blogspot.com), nuevos apuntes sobre este cuento en concreto y más ejemplos:

Uno de los “cuentos maravillosos” más antiguos es la Cenicienta. De origen y autor desconocido, transmitido hasta donde se conoce de forma oral, y recogido por escrito desde hace ya varios siglos en diferentes culturas, la Cenicienta nos llena de moralejas y nos prepara para la vida (sobretodo al género femenino) de una forma que aún sigue vigente en el inconsciente colectivo de la humanidad. Por eso, este tipo de relatos míticos no pierden nunca su vigencia y son transmitidos de una forma u otra a lo largo de los siglos y las diferentes culturas.


La versión más extendida actualmente en la sociedad occidental es la que transcribió Charles Perrault en 1697, si bien en la continuación de su transmisión ha ido adoptando ligeras variaciones, sobretodo desde que Walt Disney realizara su versión cinematográfica en 1950, interpretando a su modo el cuento. Desde entonces, Cenicienta se ha convertido, en nuestra sociedad, en un icono con imagen propia. La rubia y delgada protagonista se adaptaba perfectamente a las convenciones del momento, y sus enseñanzas acerca de la bondad, la inocencia, la belleza y la fragilidad que deben ser salvadas sitúa al género femenino donde precisamente se esperaba que estuviese.


De igual forma que la sociedad ha ido evolucionando desde entonces, lo han hecho las “sub-representaciones” de la cenicienta típica de cada momento. Bajo la sombra de la versión del gigante norteamericano, que se impuso con fuerza al ser el primero en lanzar de esta forma masiva tales realizaciones audiovisuales de los cuentos de hadas (lo que marcó un antes y un después en el entendimiento y la apropiación que cada individuo debería hacer con ellos), la sociedad occidental, cada vez más globalizada, fue evolucionando en tecnología y mentalidades, y desde luego hoy en día la película sigue siendo el referente, pero las elaboraciones actuales ya no pueden centrarse en una criada que vive en un castillo y va al baile de un príncipe casadero. Las ciudades han cambiado, los productos industriales han cambiado, las poblaciones han cambiado, han cambiado las familias y ha cambiado la situación y la forma de ser de la mujer. Hoy en día, los niños y jóvenes crecen viendo cine y televisión, jugando a videojuegos y relacionándose a través de Internet la mayor parte de su tiempo libre. Por eso, es importante e interesante centrar la mirada en cómo se reciben ahora los cuentos maravillosos y todo su simbolismo, y, en lo que nos concierne, el caso concreto de La Cenicienta.


Puesto que los mensajes que nos dejan estos cuentos, desde sus inicios y hasta ahora, son elaboraciones simbólicas que representan los imaginarios colectivos y las enseñanzas que se supone nos prepararán para un desarrollo correcto en la vida, situándonos en los arquetipos (pero también en los estereotipos) que nos integrarán en nuestra cultura de forma correcta y nos aportarán la sabiduría necesaria para desarrollarnos óptimamente, siguen estando presentes en las formas de comunicación de cada época. Hoy en día, en el auge tecnológico y virtual que vive nuestra sociedad, tales mensajes no pueden casi ser ya integrados de forma oral, y por eso los encontramos en el resto de manifestaciones que producimos, sobretodo, la audiovisual: aquella que acapara casi la totalidad de nuestra atención cada día.


En este sentido, el videoclip, que se descubre como una de las últimas formas de expresión y comunicación audiovisual, se ha configurado como un espacio en el que podemos asistir al imaginario colectivo actual. Un espacio sin reglas que se presta a la creación artística pero también a la labor de la publicidad, de forma que estereotipos y simbolismos son el plato principal.


Con un público mayoritariamente adolescente, la función de los cuentos maravillosos ha quedado relegada a este tipo de producciones, junto al cine y otros formatos televisivos, y, así, los personajes clásicos que encontrábamos en aquellos relatos han adoptado su propia forma e imagen postmodernistas. Sigue habiendo cenicientas, pero ahora también hay cenicientos, y sobretodo, ya no acuden a castillos reales a buscar a sus príncipes. Ahora, hay otros lugares. Y también otras formas.



Videoclips:


Original Sin (Elton John). Dirigido por David LaChapelle en 2001 (posteado anteriormente).

She´s The One” (Robbie Williams). Dirigido por Dom Hawley y Nick Goffey en 1999.



Tell Me Something I Don´t Know (Selena Gómez). Dirigido por Elliot Lester, 2008.




sábado, 19 de septiembre de 2009

Publicidad o Arte

El videoclip se configura como un espacio híbrido en el que se reflejan las últimas manifestaciones de una sociedad posmoderna que está todavía por definir. En este sentido, se revela como un valiosísimo material para su estudio. Dentro del interés sociológico que implica a este formato, nos encontramos con una doble vertiente en la que, por un lado, se identifica como producto publicitario, pero, por el otro, se convierte en el espacio para la experimentación visual por excelencia.

Desde la primera vertiente podríamos dar cabida a todas aquellas opiniones fundamentadas en la superficialidad del clip musical. Estar vinculado al mundo publicitario implica una connotación negativa por la que el contenido se entiende vacuo y con un único fin destinado a la venta. Ello, por supuesto, supone que las imágenes contenidas se basan en estereotipos y reflejan realidades que no están al alcance de los verdaderos receptores del formato.

Desde la segunda, debemos fundamentarnos en el origen y la historia que configuran al vídeo musical. Nacido y generado de manos de artistas y desarrollado por estos y cineastas, de la mano del auge de la tecnología digital y del posmodernismo, el videoclip se define por ser terreno de experimentación audiovisual y creación artística, albergando los más modernos efectos y técnicas, que posteriormente pasarán ya a ser emulados por el cine y otras formas de creación audiovisual o digital.

La clave se encuentra en aprender a mirar, y no solo ver. No puede definirse al videoclip como parte de un concepto u otro, sino que se trata de un formato con entidad propia que incluye las dos vertientes. De esta forma, comprobaremos cómo nos encontramos ante uno de los formatos más fascinantes antropológica, sociológica y artísticamente, donde, por primera vez, la intención y el resultado artísticos son lanzados masivamente y recibimos por el gran público de forma positiva. El arte experimental ya no es solo fuente de entendimiento para grupos marginales e intelectuales. El videoclip es, por fin, una verdadera vía de comunicación entre arte y sociedad. Los estereotipos están, pero también la simbología y los arquetipos, y, de cualquier forma, los estereotipos son algo creado por la sociedad, al igual que los medios. No existe tal peligro de manipulación de las masas. Es, así, el videoclip, un arte difetente. Un arte mediático, podríamos concluir.

miércoles, 8 de julio de 2009

El legado del rey del pop

En forma de homenaje a Michael Jackson no podemos pasar por alto su enorme contribución al mundo del videoclip, desde el ya comentado experimento de la CBS con su album Thriller, hasta el mismo videoclip que realizó para el tema del mismo nombre en el año 1983 y bajo la dirección del aclamado John Landis, una producción nunca vista hasta el momento, que incluía la introducción del tema musical en una historia narrativa que comenzaba y seguía antes y después de éste. Con Michael Jackson, la historia del videoclip tomó, sin duda, un nuevo rumbo.





Además de la indicutible repercusión del artista como estrella máxima del mundo del pop y del entretenimiento en general, Michael Jackson se caracterizó también por sus importantes aportaciones humanitarias, tanto dentro de la música como fuera. Fueron muchas las canciones que dedicó para la ayuda de los más necesitados y para la mejora del mundo. Entre ellas, Earth Song se convirtió en prácticamente un himno, y cuenta con un excelente videoclip, dirigido por el fotógrafo Nick Brandt en 1995, y rodado a lo largo de 4 continentes, tanto en escenarios simulados como naturales. Un videoclip que, sin duda, merece la pena recordar.

lunes, 22 de junio de 2009

Los videoclips como cuentos de la posmodernidad

El relato clásico y mitológico del que se encargan los cuentos maravillosos y las fábulas, portadores del material simbólico necesario para la elaboración del inconsciente, ha quedado quizás relegado a un pasado que poco tiene que ver con el presente tecnológico y mediático que caracteriza a nuestra sociedad. En sus elaboraciones simbólicas, la palabra ha dado paso a la comunicación visual a través de imágenes, presentadas por el cine y la televisión. Ésta última, sin duda, se caracteriza como aquella que más impacta actualmente en nuestras vidas, desde la infancia a la vejez. La sociedad se ha visto, por tanto, obligada a materializar su imaginario en productos adaptados a tal realidad. Los videoclips son, hoy en día, una de las principales manifestaciones portadoras de todos aquellos elementos que nos sitúan, con toda nuestra parafernalia posmodernista, en los orígenes de la construcción arquetípica que nos prepara para afrontar la cultura y la vida a la que hemos llegado.

A continuación, la Cenicienta del siglo XXI, en un videoclip de David LaChapelle del año 2002, para la canción "Original Sin", de Elton John:


miércoles, 10 de junio de 2009

El experimento de la CBS

Cuando los primeros videoclips comenzaron a ver la luz, en los años 70, muchas de las discográficas se mostraron reacias de cara a su producción normalizada, debido a la inseguridad de la inexperiencia acerca de la respuesta del público ante ello, y, por tanto, la cuestión de si resultaba realmente rentable llevar adelante tales producciones.
Sin embargo, a principios de los 80, las últimas dudas que podían quedar, quedaron completamente resueltas a raíz de un experimento que la cadena de radio y televisión estadounidense CBS (Columbia Broadcasting System) llevó por su cuenta. Llegado el momento de la reedición del disco Thriller, de Michael Jackson, se realizaron y difundieron, al mismo tiempo, dos vídeos para dos de los singles del mismo: Billie Jean y Beat It. Cuando se contabilizaron las ventas, los resultados fueron decisivios: el disco incrementó sus ventas, con respecto a su primera fase de publicación, en ocho millones.
A partir de este momento, la realización de videoclips se convirtió en imprescindible e inseparable ya, para siempre, del conjunto del material promocional de cualquier canción y grupo.


Beat It (Micheal Jackson) Dirigido por Bob Giraldi en 1982:



Billie Jean (Michael Jackson) Dirigido por Steve Barron en 1982:

lunes, 25 de mayo de 2009

Festival Internacional de Videoclips

La Comunidad Camon organiza, con plazo abierto hasta el 30 de mayo, el FIVECC 2009, un festival internacional para la promoción de la creación artística y cultural a través del videoclip. Por él pasarán realizadores de la talla de Daniel Askill o Santiago Zannou, y además promoverá la realización de talleres y actividades relacionadas a lo largo de 15 días.
La importancia de este festival reside en su impulso por la videocreación con el lema "hazlo tú mismo", a través del que se insta a que cualquier persona, con sus propios medios, pueda materializar una realización, fuera del complicado entramado que supone la industria audiovisual. El videoclip se configura como un formato para el desarrollo creativo y personal.
La web, con toda la información:

http://www.tucamon.es/fivecc




Otro link interesante:

http://www.musiclipfestival.com/

El festival al que se refiere ya ha concluído su primera edición, pero este sitio web contiene una sección de enlaces que nos transportan a multitud de festivales de videoclips en todo el mundo.

martes, 19 de mayo de 2009

MTV y el comienzo de la era del videoclip


En los EEUU de 1981 la multinacional Warner Communications, propietaria de la discográfica WEA, se aliará con la también multinacional American Express, y crearán la WASEC, empresa que se encargaría de crear una cadena de televisión por cable dedicada exclusivamente a la emisión de videoclips: la MTV (Music Televisión). El 1 de agosto de ese mismo año comienza su emisión, y, con ella, una nueva forma de entender la música. Aunque el videoclip había nacido ya unos años antes, con la MTV se genera una especie de estándar para la difusión y la promoción de la música, y el videoclip dejará de ser una obra experimental exhibida en pequeños circuitos y al alcance de la casualidad, para pasar a ser un producto de consumo masivo presente en todos los medios y disponible para todo el mundo, a todas horas. Por eso, el establecimiento de esta televisión musical se considera como el del propio videoclip.

A partir de la MTV nacieron también, definitivamente, los programas completamente musicales para la televisión, y otras formas de difusión relacionadas con la imagen y la música. Gracias a este canal musical, muchos grupos nuevos pudieron darse a conocer, solo con la producción de videoclips (es decir, con la fuerza y el impacto de la imagen), puesto que las estaciones de radio FM del momento se dedicaban solo a la difusión de grupos y cantantes ya consagrados. El impacto de esta cadena fue tal, que a partir de su inauguración, otros canales completamente musicales comenzaron a aparecer en EEUU y en el mundo, como la VH1 en 1985, concebida para un target más adulto. Con la MTV, el definitivo convencimiento de las casas discográficas acerca de la rentabilidad de la producción de videoclips tuvo lugar. Para 1983, las listas americanas Billboard, se podría decir que las más importantes en el mundo, ya incluyen al videoclip dentro de sus mediciones de éxito.

La MTV no solo creó la concepción comercial del videoclip, sino que generó, como ya se ha dicho, nuevas formas de disfrutar y entender la música. Consistente en un flujo continuo de imágenes, generalmente sin cohesión, pero siempre acompañadas de canciones, supuso su sintonización como medio de acompañamiento, al igual que si se tratase de una radio, para la realización paralela de tareas domésticas u otros quehaceres. Volver la vista a la televisión no solía implicar la pérdida de datos o de relato.

Bares, colegios, discotecas, y todo tipo de establecimientos contaron con la presencia de la MTV. Como bien escribe Ana María Sedeño Valdellós, “desde entonces forma parte de la cultura americana” y, sobretodo, de la cultura juvenil, que es la que se encontraba más directamente sobre el punto de mira de las estrategias publicitarias que incluían al videoclip, así como el hecho de que fuese la que más frecuentaba los lugares dónde ésta se proyectaba. Hoy en día, tal cultura está ya extendida al resto del mundo occidental. En cualquier punto de América o de Europa podemos asistir a tal culto sobre el videoclip. Musica da vedere, de Gianni Sibilla, realiza un repaso de la política de globalización en lo que respecta a la cadena Mtv, y cómo ésta se reparte por todo el planeta: desde Usa, la “madre”, hasta Europa, donde aparece el 1 de agosto de 1987, pasando por Asia, Australia, e incluso variantes temáticas, como Mtv Latino, Mtv Internacional, o la Mtv propia de cada país (Mtv Japón, Mtv Brasil…).

Desde que la MTV inauguró su difusión, pasó por sus propias fases de programación, habiendo nacido solo con la intención de emitir videoclips en un flujo continuo y sin interrupciones, para ir incorporando, poco a poco, la creación de un sistema de programación, con publicidad y programas propios (aunque siempre alrededor de la música y el videoclip), hasta llegar a ser considerada una total institución. A partir de este momento, el videoclip ya no será nunca más un nuevo formato. Se incorpora de tal forma a la cultura y a los impactos del día a día, que parece que haya existido siempre. Ann Kaplan lo define como un objeto postmoderno que, desde este canal de televisión, responde al estado de la sociedad y, especialmente, de la juventud. Hoy en día cuenta con sus propias tipologías; también, existen aquellos clips que quieren solamente dar a conocer la imagen del artista, e impulsar su venta, así como aquellos que, realizados por directores del cine o del videoarte, buscan experimentar y generar verdaderas obras artísticas.

Video Killed The Radio Star, de The Buggels (dirigido por Russell Mulcahy), y con un título muy apropiado, fue el primer videoclip emitido por la MTV, aquel 1 de agosto de hace ahora 28 años.


sábado, 16 de mayo de 2009

El primer videoclip


El considerado primer videoclip de la historia de forma oficial data del año 1975 y da forma a la canción Bohemian Rhapsody, del mítico conjunto británico Queen, la cual, además, ha sido clasificada a su vez como la mejor canción de la historia en numerosas ocasiones. Fue dirigido por Bruce Gowers, y sentó las bases para la definición última del vídeo musical, que por aquel entonces no era más que una idea difusa pocas veces materializada y muchas veces perdida entre las manos de la industria o del arte, sin fines claros, sin forma clara. Filmado tan solo en cuatro horas, consiguió que el tema musical en su versión larga (pues para la promoción se había editado una versión más corta) acabase siendo, finalmente, la emitida por todas las cadenas de radio. La complejidad de la canción, la cual maravillaba al disc jockey londinense Kenny Everett, provocó que éste, tras dar con el tema por su amistad con Freddy Mercury, la pasase 14 veces en una noche. El público quedó enamorado del tema completo, lo que, unido a la producción del videoclip con él, terminó por retirar finalmente la versión editada de las radios.

Este videoclip no solo fue un éxito de cara a la finalidad promocional, sino que investigó, por primera vez en un vídeo musical, las posibilidades de la tecnología digital, ensayando efectos especiales que se han convertido en el precedente más claro para lo que, no muchos años después, definiría finalmente al videoclip: la experimentación visual.


viernes, 15 de mayo de 2009

El Videoclip como Espacio Multidisciplinar


Según Marta Pérez Yarza, el videoclip se compone de tres niveles de significación: la letra (nivel verbal), la música (nivel musical), y las imágenes (nivel icónico) (Videoclip e Imágenes del Descrédito, 1996). Ninguno de ellos puede ser obviado, pues todos forman la esencia total del resultado, se trata de una configuración basada en la famosa teoría de la Gestalt, en la que el todo es más que la suma de las partes. Porque, el videoclip, es una nueva disciplina aparecida a principios de los 70, cuando los artistas y creadores encontraron un nuevo vacío en sus opciones. Pero, además, está formado a partir de la unión de otras disciplinas, algunas de ellas tan antiguas como el mismo ser humano, y, otras, recién nacidas como el mismo clip musical. El videoclip se nos descubre como un espacio para expresión musical, al ser la música uno de sus principales componentes, tan importante, que sin ella la creación del videoclip sería imposible. Pero, también, el vídeo musical es un espacio para la expresión literaria, pues la mayoría de estas canciones suelen ser letradas. Desde su nivel icónico, descubrimos también múltiples aportes; por un lado, aparece el cine. Todos sus desarrollos, tanto desde la vanguardia experimental, como desde el más puro clasicismo, son válidos en este formato. Y, el cine, implica la actuación, y el videoclip, más todavía, pues su principal objetivo es la expresión: la performance elevada a su máxima potencia, porque, en el clip musical, casi nada es imposible. Y en tal actuación nos remontamos al teatro, una de las artes más antiguas de nuestro género. Por otro lado, el nivel icónico implica un proceso de grabación y un posterior montaje, en donde entra el vídeo y sus técnicas, así como la teoría de la narrativa audiovisual. Y, para todo ello, para su desarrollo, aparece en el videoclip una nueva técnica que no había sido hasta el momento aplicada en otros formatos: la tecnología digital, esto es, el desarrollo 3D, la infografía y la animación. Porque cuando el videoclip nació, todas las variables necesarias habían coincidido en el mismo punto exacto para ello. La situación social, la situación económica, la situación tecnológica y la artística. El vídeo era el nuevo medio, pero ya había sido explorado en todas sus posibilidades, y el arte volvía a sus orígenes plásticos limitado por la llegada del fin de todo un siglo de innovaciones. Y, por su parte, la tecnología digital comenzaba a dar sus primeros pasos de cara a productos públicos, y encontró, en el videoclip, el formato perfecto, de corta duración y necesidad de impacto, para experimentarse a sí mismo.


Por eso, presentamos al videoclip como un espacio multidisciplinar total; un espacio donde artistas de cualquier género pueden explorar sus necesidades. ¿Estamos, quizás, ante la definitiva obra de arte total, la verdadera Gesamtkunstwerk?

All Is Full Of Love, Björk. Dirigido por Chris Cunningham en 2000:


jueves, 14 de mayo de 2009

El Videoclip y Nosotros

Somos una especie destinada a la búsqueda. Evolucionamos por la búsqueda, queremos ir más allá siempre. Hemos encontrado muchas respuestas, pero todavía más preguntas, y ellas nos han devuelto al proceso de buscar, de explorar, de mejorar (o, al menos, así lo creemos). Sin embargo, existen ciertas cuestiones que hemos estado tratando desde que existimos. Nuestra propia identidad, la del individuo que se autoreconoce, se configura como una de las grandes incógnitas que nos han acompañado siempre. Nacemos, crecemos y morimos preguntándonos por nosotros mismos y por el mundo que nos rodea, y los grandes pensadores de la historia no han podido nunca concluir una solución. Así, la representación visual se ha convertido, desde el principio de los tiempos, en nuestra forma favorita de reconocer y evaluar nuestra existencia. Nos miramos al espejo porque él es capaz de reflejar lo que nosotros no vemos. Nos detenemos en él a estudiar nuestros rasgos, nuestros gestos, nuestra identidad visual. Y una forma de materializar estos reflejos se concreta en la representación de la imagen.
En cada época ha existido una forma de hacerlo. Desde el arte, y desde la cultura visual, hemos evolucionado a partir de simples reproducciones pictóricas a todo tipo de disciplinas de la representación. Hoy, contamos con innumerables desarrollos tecnológicos que ponen a nuestro alcance cientos de formas de exponernos al resto y a nosotros mismos. El videoclip, es una de ellas, porque además de constituir un espacio multidisciplinar para el arte (y, con ello, la libertad de expresión y experimentación), es una de las pocas disciplinas que llega a todos los sectores de la población. Como formato de creación, es aquel escogido por los artistas de la música y el vídeo para sus propias expresiones, y como formato de recepción, define todo tipo de reflejos culturales y existenciales; define nuestro grupo social. Como formato de búsqueda, constituye una de las formas más contemporáneas de expresar nuestra identidad visual; una de las formas más efectivas de construirnos a nosotros mismos, y de hacerlo hacia los demás.

A continuación, un divertido videoclip en el que asistimos a todo un desfile, literal, de arquetipos, símbolos y estereotipos sociales que se observan a sí mismos, y actúan para los demás como lo que quieren llegar a ser para ellos, a través del ojo de la cámara, y sobre la canción “Pink”, de Aerosmith. Dirigido por Doug Nichol en 1997: