sábado, 19 de septiembre de 2009

Publicidad o Arte

El videoclip se configura como un espacio híbrido en el que se reflejan las últimas manifestaciones de una sociedad posmoderna que está todavía por definir. En este sentido, se revela como un valiosísimo material para su estudio. Dentro del interés sociológico que implica a este formato, nos encontramos con una doble vertiente en la que, por un lado, se identifica como producto publicitario, pero, por el otro, se convierte en el espacio para la experimentación visual por excelencia.

Desde la primera vertiente podríamos dar cabida a todas aquellas opiniones fundamentadas en la superficialidad del clip musical. Estar vinculado al mundo publicitario implica una connotación negativa por la que el contenido se entiende vacuo y con un único fin destinado a la venta. Ello, por supuesto, supone que las imágenes contenidas se basan en estereotipos y reflejan realidades que no están al alcance de los verdaderos receptores del formato.

Desde la segunda, debemos fundamentarnos en el origen y la historia que configuran al vídeo musical. Nacido y generado de manos de artistas y desarrollado por estos y cineastas, de la mano del auge de la tecnología digital y del posmodernismo, el videoclip se define por ser terreno de experimentación audiovisual y creación artística, albergando los más modernos efectos y técnicas, que posteriormente pasarán ya a ser emulados por el cine y otras formas de creación audiovisual o digital.

La clave se encuentra en aprender a mirar, y no solo ver. No puede definirse al videoclip como parte de un concepto u otro, sino que se trata de un formato con entidad propia que incluye las dos vertientes. De esta forma, comprobaremos cómo nos encontramos ante uno de los formatos más fascinantes antropológica, sociológica y artísticamente, donde, por primera vez, la intención y el resultado artísticos son lanzados masivamente y recibimos por el gran público de forma positiva. El arte experimental ya no es solo fuente de entendimiento para grupos marginales e intelectuales. El videoclip es, por fin, una verdadera vía de comunicación entre arte y sociedad. Los estereotipos están, pero también la simbología y los arquetipos, y, de cualquier forma, los estereotipos son algo creado por la sociedad, al igual que los medios. No existe tal peligro de manipulación de las masas. Es, así, el videoclip, un arte difetente. Un arte mediático, podríamos concluir.

2 comentarios:

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  2. Un enfoque muy interesante, ciertamente. Y una forma eminentemente generosa de entender, abarcar y saborear el mundo sin subestimar ninguno de sus ingredientes.
    El rechazo urgente, el prejuicio veloz ante cualquier tipo de manifestación artística, se traduce de inmediato en la confección meticulosa de un asesinato espiritual. Éste cercena nuestra capacidad de sentir (de percibir, mejor) que somos los mismos seres humanos que narraban La Cenicienta hace cuatro siglos. Que seguimos haciéndolo, embriagados, aunque ahora para ello debamos agarrar el mando del televisor.

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